Querétaro, Qro. 26 de junio 2020

Despegue Emprendedor

Un artículo escrito por: Arturo Ortega, Perla Ramírez, Alejandro Zavala, Gabriel Saloma, Rodrigo López, Alma Rosales y Ángel Ernesto Cocoletzi, emprendedores, personal administrativo y consultores UNAQ.

“Despegue Emprendedor” es el nombre que hemos dado a nuestra comunidad emprendedora en la UNAQ, conformada por personal administrativo de la universidad, consultores y emprendedores participantes del proceso de incubación de empresas.

Es un espacio intangible en el que convergen ideas, apoyos, noticias, logros, oportunidades, consultas, eventos y similares, que fortalecen y acompañan a los emprendedores en su camino hacia el éxito como empresarios del sector aeronáutico y afines.

16 de junio 2020.

Este año dio inicio el proceso de incubación de empresas de la Universidad Aeronáutica en Querétaro con quince proyectos de alto impacto.

El programa comenzó con un módulo dedicado a evaluar nuestras capacidades emprendedoras. Estábamos llenos de curiosidad y entusiasmo, pero entonces, apenas en la tercera sesión, dio inicio el confinamiento por la pandemia del COVID y todo pareció dar un vuelco en contra.

Las circunstancias amenazaban con detener o posponer nuestra preparación -que había sido diseñada para realizarse en sesiones presenciales de 8 horas- la opción más fácil era no despegar, pero preferimos desafiar al destino: tomamos la decisión de continuar y nos percatamos que un emprendedor no puede rendirse; que tendríamos que ser flexibles ante el cambio, que deberíamos innovar si no pensábamos sucumbir, y que necesitaríamos motivarnos a nosotros mismos y tomar decisiones con agilidad para superar la adversidad.

Eso es lo que hace un emprendedor, ¿no es así? como nos repitió varias veces Alberto, nuestro primer instructor: “el emprendedor va por la vida con el valor por delante”.

Y ese valor del emprendedor se sostiene de muchas cosas: de un calendario, de autoexigencia, de una institución que lo cobije y al mismo tiempo lo desafíe, de inversiones, cumplimiento de compromisos, tecnología, infraestructura, etc., pero, sobre todo, se sostiene de ser persona: de conocer y reconocer, al paso del tiempo, nuestra capacidad para ver en cualquier crisis un destello de oportunidad. En efecto, estamos viviendo la oportunidad de brindarle al mundo nuestros sueños, nuestro conocimiento y nuestra originalidad.

Nadie puede negar que las crisis se distinguen por el ingrediente de la pérdida. Por eso siempre estuvo presente la opción de sentarnos a llorar -poco o mucho- la pérdida de lo presencial; la imposibilidad de vernos a los ojos y formar una comunidad cercana con nuestros compañeros e instructores.  

Pero los emprendedores UNAQ queremos destacarnos por nuestro liderazgo, desempeño, actitud y disposición para colaborar, aprovechando las mejores herramientas metodológicas que nos permitan un aprendizaje significativo, en el que se integren conocimientos científicos, elementos teóricos y una actividad práctica entusiasta.

Decidimos continuar porque tenemos la corazonada de que así, “haciendo que las cosas sucedan” (como dice el rector de la UNAQ), es como se tocan vidas y se hace la diferencia, en nuestro país y en el mundo. Todos queremos volar, se trata de un sueño que se está volviendo realidad y en algún momento tendremos la oportunidad de consolidar nuestros proyectos, de compartir en esta comunidad emprendedora para asesorar a quienes vendrán detrás de nosotros, y formar así toda una cadena de emprendimiento que genere una diferencia fecunda y duradera.

Estamos convencidos de que la solidez de una nación se produce cuando los individuos de su sociedad comienzan a pensar en cómo mejorar el bienestar de ésta, a nivel local, regional, nacional y global; y se deciden a emprender nuevas realidades colaborativas que logran mayor bienestar para todos, siguiendo la ley de la compensación, de tal modo que todos demos más de lo que recibimos y produzcamos más de lo que gastamos.

Esto requiere audacia, prudencia y perspectiva, las cuales en conjunto son probablemente las cualidades que mejor definen a un emprendedor de éxito en ésta época. Ser audaz significa tener la suficiente confianza y fortaleza en uno mismo para comenzar un proyecto, ser prudente es la posibilidad de “acertar en las decisiones” -como nos enseñó Aristóteles en la Ética a Nicómaco– y tener perspectiva se traduce en contar con una visión clara acerca de los distintos escenarios que afrontamos.

Nosotros queremos ser este tipo de personas, capaces de sacrificar una hora de sueño por hacer realidad nuestros sueños más grandes; personas que reconocemos en la necesidad, la madre de la creatividad, tal como queda expresado en el siguiente testimonio:

El primer semestre del 2020 ha implicado complejidad, cambio, retos, reflexión y ampliación de perspectiva.

De pronto, el mundo nos volvimos: nosotros y nuestros espacios. Nos descubrimos humanos. Tomé como prioridad lo que pasaba por mi mente; un punto muy importante que solemos dar por descontado en la cotidianidad. Decidí abrazar mis anhelos, para continuar permitiendo que mi motivación pueda crear y formar nuevas ideas en el futuro.

Este tiempo es un pequeño respiro. Démonos la oportunidad para asimilarlo y entre esos espacios cerrados encontremos puntos de fuga, en los cuales podamos aprender más sobre nosotros mismos y enfocarnos en lo que podemos controlar, reconociendo nuestros pensamientos, practicando gratitud, moviéndonos entre nuestras emociones y haciendo de nuestro cuidado una prioridad.

Al final, habrán cambiado las circunstancias, pero no nuestros sueños, y está en nosotros continuar haciéndolos realidad.

¿Qué esperaba en este 2020?, es la pregunta que me asalta en estos momentos de contingencia, cuando todo lo que había planeado para este año cambió radicalmente y el distanciamiento social pasó a ser algo cotidiano.

¿Estaba preparado para esto? temo decirte que no. El 2019 fue un año de éxitos en nuestros proyectos, en el que reconocí que ser emprendedor de tiempo completo es lo que realmente quiero hacer en esta etapa de mi vida. Decidí renunciar a un empleo estable a inicios del 2020, dejando así un lugar donde conocí a excelentes personas de gran calidad humana y profesional que me dieron sus buenos deseos para comenzar con este gran reto. Tomé el riesgo, pero valió la pena, porque estoy viviendo “el año”. El 2020 me ha revelado mis debilidades y oportunidades, me ha recordado mis orígenes y pasiones. Junto con la incertidumbre por mi salud, seguridad y patrimonio, se han amplificado mis ganas de tener éxito en mis proyectos profesionales y personales, intentando realizar un sinfín de oportunidades posibles.

Bueno, no quiero desearte éxito porque está más que asegurado que lo vas a tener, tú sabes las razones. Te propongo que emprendamos mucho y que las ganas no se nos quiten, ni nos las quiten nunca. Emprendamos sueños, aprovechemos nuestros pasatiempos favoritos, hagamos el negocio de nuestros sueños, la carrera profesional que más nos apasiona, el amor más sincero a nuestros seres queridos. Nunca te olvides de emprender, porque el mundo necesita emprendedores. Por ahora recuerda mantenerte a distancia, porque también debemos cuidarnos.

Haz un despegue emprendedor que tal vez pueda aterrizar en Marte. Hasta pronto, nos vemos en el éxito.

Como él, todos los emprendedores de esta comunidad queremos volar, queremos ser idealistas, pero también cultivamos la convicción de estar en la realidad: hoy, más que nunca, la industria aeroespacial depende de nuestro coraje y trabajo. La invitación es clara: no te sientes a ver la vida pasar frente a ti, ¡involúcrate!

Recordemos que como emprendedores, sacrificar tiempo y descanso para servir, es nuestro valor principal.  

 

*Sesión de capacitación del proceso de Incubación 2020 con invitados especiales : Luca Brambilla, de Copia Originale, desde Milán y Karely Alvarado del British Council.

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